Hace mucho tiempo, en una isla apartada del mundo, vivía un pueblo feliz. La isla de Nauru, situada en el Pacífico Occidental tenía todo lo que sus habitantes necesitaban: cocoteros que daban alimento y bebida, árboles frondosos que les regalaban su sombra, aves a montones, y un mar lleno de peces.
Hace más de 200 años, el capitán de un barco ballenero inglés descubrió este edén y lo llamó «Pleasant«, que significa agradable.