Un cirujano militar francés realizando acrobáticas hazañas a la vista de las armas enemigas, enero de 1917. El cirujano apostó que iba a realizar algunos ejercicios en lo alto de un parapeto, a pesar de que la trinchera estaba a tan sólo trescientos metros de las líneas alemanas.
El valiente y osado oficial consiguió ganar su apuesta, pero también ganó una pena de diez días de arresto menor, por haberse expuesto innecesariamente al fuego enemigo.