Los hombres con los rostros rotos


En medio de los horrores de la Primera Guerra Mundial, los cañones de gran calibre de la guerra de artillería, con su poder para atomizar órganos en fragmentos irrecuperables,  junto con la lluvia mortal de metralla, estaban cambiando Europa para siempre, mientras se cobraba la vida de 8 millones de sus combatientes e hiriendo a otros 21 millones más.

Dentro de ese terrible escenario, un cuerpo de artistas y escultores trajo la esperanza para los soldados desfigurados en las trincheras, que desesperados de la improvisación a cargo de la Gran Guerra, habían sido agotadas todas las estrategias convencionales de tratamiento de los traumas del cuerpo, mente y alma….Fueron los hombres con los rostros rotos.

La propia naturaleza de la guerra de trincheras, resultó diabólicamente propicia para producir innumerables lesiones en la cara,  casi por regla general, la cabeza fue el punto más vulnerable para la lluvia de las ametralladoras enemigas. La cirugía plástica que busca restaurar la función y forma a deformidades fue, al principio de la guerra, burdamente practicada con poca atención real dada a la estética, los resultados eran extremadamente horrorosos.

Autoretrato.

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