Operación Mincemeat


La operación Mincemeat fue un plan de engaño británico ejecutado durante la Segunda Guerra Mundial, para convencer al alto mando alemán de que los aliados iban a invadir los Balcanes y Cerdeña en lugar de Sicilia, que era el objetivo inicial. Fue un gran éxito y los aliados entraron en Sicilia sin grandes problemas.

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El plan consistió en abandonar en aguas españolas, concretamente en Punta Umbría (Huelva), un cadáver vestido de oficial de la Armada Británica, este cadáver sería portador de falsos documentos secretos aliados con el objetivo de engañar a los alemanes y dispersar sus fuerzas de Sicilia, desplazando las tropas  hacia Corcega y Cerdeña.

Se seleccionó esta posición porque España aunque oficialmente neutral simpatizaba con Hitler y estaba repleta de agentes de la Abwehr. También se sabía que en Huelva habían agentes alemanes muy activos que tenían muy buenos contactos con las autoridades españolas.

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De la manera más discreta posible localizaron el cuerpo de un hombre de 34 años muerto por neumonía, el fluido en los pulmones concordaba con el hecho de que hubiese permanecido en el agua mucho tiempo, rascando hasta el último detalle. El hombre fue William Martin nacido en Gales en 1907, para dar más credibilidad a la historia crearon entre sus pertenencias, cuentas bancarias, cartas, fotos, entradas de teatro y hasta una novia llamada Pam.

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El comandante Martin fue puesto en un contenedor estanco sellado, conservado con hielo seco y vestido con su uniforme de Royal Marines, alquilaron un coche para entregarlo en Escocia y lo embarcaron en el submarino británico HMS Seraph, navegó hasta aproximadamente una milla de las costas de Huelva, le pusieron un salvavidas, le ataron el maletín con toda la documentación concerniente a los movimientos aliados y lo dejaron suavemente en el agua.

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El cuerpo fué descubierto por un pescador local en la playa de la Mata Negra que lo llevó a puerto y informó a las autoridades españolas que no tardaron en comunicarselo a uno de los jefes de la Abwehr local Adolf Claus.

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La confirmación obtenida hizo que se enviase un telegrama a Winston Churchill que estaba en Estados Unidos, que decía: «Se han tragado toda la carne picada«.

Más información en Wikipedia también en Cementerio Soledad

y en Damn Interesting

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