El temible, «Gas venenoso»


El uso de gas venenoso en la Primera Guerra Mundial fue una importante innovación militar. Los gases utilizados iban desde el gas lacrimógeno a agentes incapacitantes como el gas mostaza y agentes letales como el fosgeno. La capacidad letal del gas era limitada solo el 3% de las muertes en combate fueron debidas al gas, pero la proporción de bajas no letales fué alta, llegando el gas a ser uno de los factores más temidos entre los soldados.

Tropas de la 55 División Británica cegadas con gas lacrimógeno durante la batalla de Lys, el 10 de Abril de 1918, esperan ser atendidos por los sanitarios.

El gas más infame y efectivo de la Primera Guerra Mundial fue el gas mostaza, un vesicante introducido por los alemanes en julio de 1917 antes de la Tercera Batalla de Ypres. El gas mostaza no pretendía ser un agente letal (aunque lo era en altas dosis), sino que estaba diseñado para acosar e incapacitar al enemigo y contaminar el campo de batalla. Se disparaba dentro de proyectiles de artillería, y era más pesado que el aire. Se posaba en el suelo en forma de un líquido parecido al jerez, y se evaporaba lentamente sin necesidad de luz solar.

La naturaleza contaminante del gas mostaza implicaba que no siempre era adecuado para apoyar un ataque, ya que la infantería de asalto quedaría expuesta al gas durante su avance. En la Segunda Guerra Mundial, su efecto fue más psicológico que efectivo, pues tan solo fue utilizado en los exterminios de los nazis pero no en el campo de batalla.

El gobierno británico ante la posibilidad de un ataque con gas tóxico, decidió emitir 38 millones de mascaras que eran aproximadamente la población existente en la época, incluso repartieron circulares por todo el país, indicando su perfecta utilización.

El gobierno amenazó con castigar a las personas que no utilizaran las mascaras, por lo que a comienzos de 1940 todo el mundo llevaba su mascara consigo. Los guardianes de la «Raid air«, se encargaban de realizar inspecciones mensuales y si una persona perdía la mascara tendría que pagar por su remplazo inmediato.

Todo el país tubo que acatar las ordenes, en los colegios realizaban interminables demostraciones para que los niños tuviesen claro que era un instrumento de supervivencia contra el temible enemigo.

Fue un periodo muy duro para la población británica que tubo que asimilar el llevar la mascara consigo a todos lados y a su vez resistir los temibles bombardeos de los alemanes. Mucha gente ante la agobiante mascara solía realizar la imprudente solución de abrir pequeños orificios para la entrada de aire fresco, ya que muchas personas lo encontraban asfixiante. Una autentica odisea la que tuvo que vivir el pueblo británico durante la segunda guerra mundial.

Más información y fotos en Wikipedia y en Armory

Mucha más en Fotki

Vídeo utilización de las mascaras en los colegios británicos 1940 en Scottich Archive

Vídeo de París en 1939 con una situación similar:



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