El concepto indio de la santidad es muy diferente e impensable para la mayoría de las culturas de occidente. Para los hindúes la iluminación espiritual siempre ha representado la más alta meta en la vida, lo único que le da sentido y propósito. Es un estado de ser que es, en principio, alcanzable por todo el mundo.
Algunos de los santos de la India como Ramakrishna o Chaitanya serían sin lugar a dudas considerados en el oeste como unos locos. Un concepto que necesitaría muchas encarnaciones para alcanzar la iluminación, ver a Dios, ser uno con el Absoluto, combinar mente y conciencia cósmica, en definitiva llegar a ser un Santo.